Inspiraron, enamoraron, sedujeron y fueron inmortalizadas por los mejores artistas del momento. Son las Musas del Renacimiento, bellezas de la época cuyos cánones bebían de la estética clásica. Vestidas o desnudas, con su rostro ovalado, sus largos cabellos rubios, su tez pálida, sus sonrosadas mejillas, sus ojos claros y radiantes, su cuello esbelto, sus pechos y estómagos redondeados, decoran las pinacotecas más importantes del mundo.

Fue el caso de Simonetta Vespucci, más conocida como La bella Simonetta, una adolescente que deslumbró con su encanto a la Florencia renacentista de los Médicis. Pocas veces un rostro cautivó y sirvió de inspiración a tantos y tan notables personajes: Lorenzo de Médicis, gobernante, poeta y hombre de fabulosa fortuna; Sandro Botticelli, extraordinario pintor, y Angelo Poliziano, literato y erudito, figuraron entre sus admiradores.

Cecilia Gallerani, que inspiró la famosa obra La Dama del Armiño, de Leonardo Davinci, Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, más conocida como La Gioconda, Ginebra de Benci, que también posó para Leonardo Da Vinci, Madalenna Doni, inmortalizada por el pintor  Rafael Sanzio,  Giovanna Tornabuoni, una mujer de la alta burguesía florentina del Quattrocento, representada en numerosas obras de Domenico Ghirlandaio y Sandro Botticelli. Catalina Sforza, apodada por su detractor Alejandro VI: La Vampiresa de la Romaña, La Diablesa encarnada o Virago cruelísima…

Lucrecia Tornabuoni, una de las grandes mujeres de la Italia del Renacimiento. Se convirtió en una Médici por matrimonio, fue la madre de uno de sus más importantes miembros, Lorenzo y una de las principales representantes de la cultura renacentista. Modelo de grandes pintores, Lucrecia fue también escritora y promovió alguna de las obras artísticas más importantes de la Florencia del Quattrocento.

Leonor de Toledo, nieta del II Duque de Alba,que a los 20 años se casaba en Florencia con Cosme I de Medici, y que dio al matrimonio 11 hijos de los que solo llegaron a la edad adulta cinco.

Conoceremos sus vidas, descubriremos como fueron estas damas, y a traves de sus voces, nos adentraremos en una de las épocas más fascinantes de la historia, de la mano de la historiadora del arte y escritora Ana Fernández.